BIOGRAFIA DE JOSE SANTOS CHOCANO
JOSE SANTOS CHOCANO
Lima, 1875 - Santiago de Chile, 1934) Poeta peruano.
Encarcelado a los veinte años por actividades subversivas, ya en
libertad emprendió una trepidante actividad política. Desempeñó diversos
cargos diplomáticos en Colombia y en España, y fue consejero de Pancho
Villa en México y de Estrada Cabrera en Guatemala, donde fue condenado a
muerte (1924) a la caída del dictador; amnistiado, regresó a Perú,
donde volvió a conocer la cárcel tras una oscura reyerta con un
periodista. Indultado de nuevo, pasó a Santiago de Chile, donde murió
asesinado en un tranvía. Sus primeras publicaciones fueron Iras santas (1895), En la aldea (1895) y Azahares
(1896). Seguidor de los cánones parnasianos y modernistas, con el
tiempo reaccionó contra esta influencia, si bien en su poesía siempre
hizo gala de un gran virtuosismo. Alma América (1906) y Fiat Lux! (1908) son, de entre sus obras de madurez, las más conocidas.
José Santos Chocano
El escritor y político José Santos Chocano
representa la cumbre del modernismo peruano. Aunque su obra, vista en
conjunto, presenta notorios desajustes, abrió nuevos caminos a la
literatura de su país y nuevos cauces expresivos que, a la postre,
superarían en audacia estética y calidad las propuestas modernistas (tal
como demostró su seguidor J. M. Eguren) a través de una poesía sutil y
de misterioso hermetismo.
Encarcelado como revolucionario a los veinte
años de edad, ejerció luego funciones diplomáticas en Colombia y en
España; fue ministro y consejero de Pancho Villa en México y hombre de
confianza de Estrada Cabrera en Guatemala. Caído el dictador
guatemalteco, el poeta, acusado de haber bombardeado la capital y
condenado a muerte, se salvó por la intervención de diversos gobiernos.
Vuelto a su país y amparado en la protección del
dictador Leguía, la soberbia y violencia de su carácter le hicieron
disputar con el periodista Edwin Elmore, contra quien disparó su pistola
en el edificio del diario El Comercio. Elmore murió a
consecuencia del disparo y José Santos Chocano mereció la cárcel y el
repudio universal; amnistiado, pasó a Chile, y en Santiago, en un
tranvía, un desequilibrado segó con su puñal la vida de este aventurero,
hombre soberbio y lírico ampuloso, que quiso ser el poeta de América y
el cantor viril de su raza.
La bibliografía de Santos Chocano es muy amplia y
su fijación definitiva es todavía una tarea pendiente; sin embargo, no
pueden dejar de mencionarse Iras santas (1895), En la aldea (1895), El derrumbe (1899), La epopeya del morro (1899), El canto del siglo (1901), Los cantos del Pacífico (1904), Alma América (1906), Fiat Lux! (1908), Selva virgen (1909), Poemas del amor doliente (1937) y Oro de Indias (1939).
Caudillo modernista y poeta épico, no fue con
total rigor épico ni modernista: tuvo, eso sí, las características
exteriores de la épica y el modernismo, sobre todo con esa
grandilocuencia de cantor clamoroso que encontramos en algunos
románticos y neoclásicos, y que caracterizó la poesía del mexicano Salvador Díaz Mirón,
uno de los modelos de Chocano. Su poesía se articula a partir de dos
ejes centrales: una profunda egolatría y el tratamiento preferente de
temas alusivos al continente.
El americanismo fue tal vez el tópico más importante en
su poesía, pese a su carácter epidérmico y descriptivo, que tiene en el
paisajismo su soporte fundamental. Cabe aclarar que esta tendencia
respondía claramente a un pensamiento de moda por entonces, que intentó
definir a América a partir de su naturaleza. Por otra parte, contribuyó a
reforzar estereotipos como el de una tierra voluptuosa, tropical y
exótica.
La épica y la historia son otros dos
componentes de importancia en su obra, ya que se ocupó de retratar
gestas heroicas, plenas de imágenes que abarcan desde el período incaico
hasta la lucha por la independencia. Se le ha reprochado un mayor
interés por la efeméride o la anécdota que por el proceso histórico
mismo, y que ello facilitara un discurso en ocasiones grandilocuente.
Discutió el afrancesamiento de Rubén Darío
y se mantuvo en una posición bastante más conservadora que otros
modernistas hispanoamericanos, a pesar de haber asimilado la lección
parnasiana. Ello se explica acaso por la tardía instauración en el Perú
del orden social que propició el surgimiento del modernismo en otros
países. En todo caso, la crítica ha querido ver en él una actitud
preocupada sobre todo por consagrar una visión aristocrática de la
sociedad y exaltar la figura del poeta hasta la excelsitud. Sin embargo,
sus poemas de corte más íntimo presentan un lenguaje sencillo y
conmovedor, alejado de esa habitual exuberancia.
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